De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- Talamontes siguen devastando la zona protegida de la Barranca del Metlac, sin que ninguna autoridad los frene, menos el presidente municipal, Gerardo Rosales Victoria, el cual permanece inmóvil.
La tala inmoderada en Zapoapita, la Barranca de San Miguel y Coapichapa, avanza con impunidad, ante la complicidad de funcionarios municipales.
Los reportes al 911 son constantes. Activistas alertan a la Policía Estatal constantemente, pero nunca acuden.
La maquinaria trabaja sin restricciones durante el día, mientras los ejemplares caen uno tras otro, sin vigilancia, inspecciones ni sanciones. Únicamente prevalece el silencio oficial.
Vecinos acusaron al alcalde de recibir moches de los responsables de la devastación.
Las evidencias, dijeron son claras, hay imágenes satelitales que demuestran cómo desde el inicio de la administración, el daño ambiental se incrementó de forma alarmante.
Aunque se trata de un ecosistema protegido, se carece de la presencia de la Procuraduría del Medio Ambiente, ni clausuras por del ayuntamiento.
Al contrario, la actividad de los taladores se intensificó, especialmente los fines de semana, en los límites de la Barranca de San Miguel y Coapichapa.
Habitantes de las comunidades aseguraron que tanto las autoridades municipales como estatales del ramo están coludidas con quienes destruyen la selva.
La omisión deliberada del presidente municipal, que también es corrupción, se le considera un acto criminal.
Cada metro cuadrado devastado representa un atentado ambiental, pero también una traición a la población.
