


Miami, FL. — Lo que prometía ser una noche soleada para los Yankees en su travesía hacia la postemporada terminó en sombras profundas. En la ciudad de las palmeras y la brisa cálida, el equipo más ganador en la historia de la MLB vivió un derrumbe estrepitoso que dejó cicatrices y dudas, incluso sobre sus más recientes refuerzos.
Con una ventaja de cinco carreras al llegar a la séptima entrada (9-4), todo parecía bajo control para los neoyorquinos. Pero fue entonces cuando la debacle comenzó. Jake Bird, recién incorporado desde Colorado, subió al montículo y en cuestión de minutos, Kyle Stowers encendió el estadio con un grand slam que redujo la diferencia a una sola carrera. La pesadilla apenas comenzaba.
David Bednar, también debutando con la camiseta a rayas, permitió un home run de Javier Sanoja que empató el marcador, y poco después, Agustín Ramírez impulsó la delantera para los Marlins. La respuesta de los Yankees fue valiente, con un jonrón de Anthony Volpe y una carrera impulsada de Ryan McMahon, pero el drama no había terminado.
En la novena, con Camilo Doval buscando el salvamento, un costoso error de José Caballero permitió el empate. Y fue Ramírez, ex prospecto formado en las propias filas de Yankees, quien selló el 13-12 final con una rola que nadie pudo detener.
Mientras en Miami se desmoronaba el sueño neoyorquino, en Los Ángeles otra mala noticia golpeaba al beisbol mexicano: Jonathan Aranda fue enviado a la lista de lesionados tras fracturarse la muñeca izquierda en una jugada desafortunada contra los propios Yankees.
El infielder tijuanense estaba viviendo la mejor temporada de su carrera con Tampa Bay, bateando para .316 con 12 jonrones y 54 impulsadas en 103 juegos. Su ausencia será un duro golpe para los Rays en la recta final de la campaña.
“Tendremos que esperar nuevas radiografías en tres semanas”, señaló el mánager Kevin Cash. “Pero somos optimistas con su recuperación”.
⚾ Una jornada negra para los Yankees… y para el talento mexicano en las Grandes Ligas.


