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La impunidad entre corruptos; captan a Zenyazen y Rosales

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De la Redacción 
El Buen Tono 

Fortín.- A cuatro meses de que concluya su administración, Gerardo Rosales Victoria fue captado en una reunión con el diputado federal, Zenyazen Escobar García, en un intento por blindarlo frente a los múltiples señalamientos de corrupción que arrastra su gestión.
La fotografía, tomada en la casa de enlace del legislador, se interpretó como una maniobra política para proteger a uno de los presidentes municipales más cuestionados de la región, a escasos días del inicio del proceso de entrega-recepción.
Durante su mandato, a Rosales Victoria lo acusan de diversas irregularidades, entre ellas desvío de recursos públicos, asignación de contratos a empresas “fantasma”, obras inconclusas, uso indebido de programas sociales y cobros arbitrarios como el ingreso a los baños públicos del Centro Histórico.
Además, se le responsabiliza de manipular fondos federales para operar esquemas de compra de votos, a fin de ofrecer hasta tres mil pesos por familia a cambio de apoyo electoral, lo que generó rechazo ciudadano en los últimos comicios.

Coludida
A su lado, figura la regidora Segunda, Ixchel Citlalli Espíritu Apolinar, acusada de nepotismo, uso de influencias para proteger a familiares involucrados en agresiones y favorecer con cargos a personas cercanas.
Su papel dentro del cabildo resultó ser objeto de críticas de la población, al considerarse parte del grupo que promovió decisiones autoritarias, opacas y ajenas a las necesidades del municipio.
La ausencia de transparencia en su desempeño forzó el deterioro institucional de la administración actual.

Derrota
Como consecuencia directa, Morena perdió el control del ayuntamiento de Fortín en las pasadas elecciones.
El triunfo de Alfonso Marín “Piccolo”, de Movimiento Ciudadano, reflejó el voto de castigo de ciudadanos inconformes con el saqueo, el abandono y la simulación.
Ni el respaldo económico ni la promoción del candidato perdedor “Pollos Charly” lograron revertir el desgaste ocasionado por Rosales y su equipo, quienes enfrentan crecientes exigencias de rendición de cuentas.

Impunidad
En este contexto, la alianza entre Zenyazen Escobar y Gerardo Rosales evidencia una estrategia de protección política y contención de daños, con miras a futuros reacomodos en el escenario estatal.
Mientras se acercan los tiempos de fiscalización y auditorías, el respaldo del legislador federal a una figura marcada por el descrédito refuerza la percepción de complicidad dentro de ciertos sectores de Morena, donde las lealtades personales se imponen por encima de la exigencia ciudadana de justicia y transparencia.

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