De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Una vez más, sale a relucir la incompetencia y la corrupción del alcalde Juan Martínez Flores y Vania López quienes priorizan la recaudación fiscal sobre la seguridad vial. A esto se suma la cuestionable gestión de Enrique Morales Tolentino al frente de Protección Ciudadana y Movilidad, cuyas omisiones en políticas preventivas continúan cobrando vidas.
Mientras ellos se desentienden, las calles siguen siendo un peligro para los ciudadanos, especialmente para los más vulnerables: trabajadores que dependen de sus motos para llevar el sustento a sus hogares.
ARROLLADO
Hugo Sánchez Barrales, de 30 años y vecino de la Unidad Habitacional San Román, perdió la vida la madrugada del domingo al ser arrollado en el cruce de la avenida 11 y calle 10. El conductor responsable huyó dejando atrás una escena de dolor y abandono. Como siempre, las autoridades se limitaron a acordonar el área y seguir protocolos, pero nada hacen para prevenir estos hechos que se repiten una y otra vez. Testimonios indican que el vehículo que impactó al motociclista ignoró el semáforo en rojo, una imprudencia que pudo evitarse con mayor vigilancia y campañas de concientización. Sin embargo, en un municipio donde las licencias se otorgan sin exigir cursos de manejo seguro, estos accidentes no son casualidad, sino consecuencia de la negligencia institucional.
Paramédicos de Cruz Roja sólo pudieron confirmar el fallecimiento de Hugo, mientras las autoridades iniciaron una carpeta de investigación más que, como tantas otras, quede en el olvido. Mientras tanto, su familia queda sumida en la desesperación, sin justicia ni apoyo.
Este cruce, al igual que otros puntos críticos como avenida 13 con valle 10 y 8, se ha convertido en una trampa mortal debido a la falta de señalización y políticas públicas efectivas. Pero al alcalde Martínez Flores y a Morales Tolentino no les importa: siguen sin tomar medidas concretas, mientras la ciudadanía paga con vidas su ineptitud.
