


De la redacción
El Buen Tono
Orizaba.- En la Norte 2 de Orizaba opera, a la vista de todos y con total descaro, una red de corrupción dentro del servicio de parquímetros. Ciudadanos denunciaron que los empleados asignados a esta zona no sólo extorsionan a automovilistas y taxistas, sino que actúan bajo el manto protector de vínculos familiares dentro de la propia autoridad vial.
El modus operandi es claro debido a que los taxistas provenientes de Mariano Escobedo, Ixhuatlancillo y La Perla hacen sitio en el área de estacionamiento regulado sin pagar a la máquina, entregando el dinero directamente al personal del parquímetro. La misma práctica se intenta imponer a conductores particulares que llegan a estacionarse en la zona.
Pero las trampas no acaban ahí. Testigos señalan que, los mismos empleados estacionan sus vehículos particulares en espacios regulados sin pagar, colocando los tickets al revés para ocultar la fecha y la hora. Mientras tanto, motocicletas son retiradas con grúa bajo administrativos, cuando en realidad, afirmaron los afectados, se trata de presionar para que paguen en efectivo a los empleados y no al sistema oficial.
De acuerdo con vecinos y usuarios frecuentes, estos elementos pasan buena parte de su turno recargados en los parquímetros de esa cuadra, sin realizar su función, mientras vigilan quién llega para aplicar su “cobro directo”. Señalan que la autoridad municipal podría corroborar estas irregularidades simplemente revisando cuántas unidades permanecen estacionadas por horas y comparando esos tiempos con los ingresos reales registrados en la máquina.
El caso tiene un ingrediente extra, pues uno de los líderes de estas operaciones es familiar directo de la secretaria del servicio de parquímetros y, además, hijo de un agente de la Policía Vial. Un blindaje político-familiar que convierte esta práctica ilegal en rutina diaria.


