


AGENCIA
Nacional.- En la última sesión del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con la actual integración, este martes 19 de agosto de 2025, quedó más que evidente la distancia entre Lenia Batres y sus colegas y la ciudadanía. Mientras los ministros salientes fueron recibidos entre aplausos y porras, Batres Guadarrama no recibió ni una sola muestra de reconocimiento durante su ingreso, a pesar de autoproclamarse “ministra del pueblo”.
La ministra presidenta, Norma Piña, destacó en su discurso la importancia histórica del tribunal y el papel del Alto Tribunal como “piedra angular de la justicia constitucional y máximo garante del ordenamiento jurídico nacional”. Sus palabras fueron ovacionadas por la mayoría de los ministros salientes, incluyendo a Javier Laynez, Margarita Ríos Farjat y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quienes recibieron el afecto del público con fuertes porras y aplausos.
En contraste, la llegada de Lenia Batres se caracterizó por un silencio absoluto, evidenciando un rechazo tácito que sugiere cuestionamientos sobre su desempeño y legitimidad dentro del máximo órgano judicial. Mientras colegas y exministros fueron despedidos con entusiasmo y muestras de aprecio, Batres se quedó sola, sin reconocimiento, reflejando que su autoproclamada cercanía con la sociedad no se traduce en aceptación ni respeto dentro ni fuera de la Corte.
Este episodio deja en claro que, a diferencia de sus compañeros, Lenia Batres no logró consolidar una imagen positiva ni generar confianza en la ciudadanía y entre sus pares, un recordatorio tangible de que la legitimidad de un ministro no se mide por declaraciones, sino por la percepción y el respeto que cosecha a lo largo de su gestión.
Lenia es brutalmente aborrecida por todos; además, el silencio dice más que mil palabras.
La diferencia entre el maestro preparado, líder nato, gente respetable, profesionista trabajador, empático, honorable … Y pues eso, simplemente nada. ¡Vaya diferencia!
El respeto es algo que se gana, no se compra. Algo que el oficialismo jamás va a conocer fuera de paleros a sueldo o conveniencia.

