


Juan López
El Buen Tono
Córdoba.– En pleno ejercicio de sus funciones como secretario de Educación en el gobierno de Cuitláhuac García, Zenyazen Escobar García se compró un Doctorado Honoris Causa por 35 mil pesos, otorgado por una organización señalada internacionalmente por vender títulos sin validez legal. El “reconocimiento” lo recibió en junio de 2021, en medio del colapso del sistema educativo estatal, evidenciando que usó el cargo no para servir, sino para inflar su currículum con diplomas comprados y simulación política.
El doctorado fue entregado por la Honorable Academia Mundial de la Educación (HAME), una institución acusada en Perú y México de operar una red de venta de “honoris causa” sin sustento académico.
De acuerdo investigaciones del periódico Noroeste de México (2013) y de La Clave Online (2021), esta organización ha sido señalada por fraudes y negocios turbios relacionados con la entrega de reconocimientos a políticos y figuras públicas dispuestas a pagar por ellos.
Zenyazen no obtuvo el título por méritos educativos, sino por transferencia bancaria. Mientras tanto, miles de escuelas en Veracruz sufrían deterioro, abandono y rezago. El entonces titular de la SEV se pavoneaba con toga y birrete, como si su gestión hubiera sido ejemplar, cuando en realidad su paso por la Secretaría se caracterizó por la opacidad, el gasto en imagen y la falta de resultados estructurales.
Hoy, como diputado federal, sigue la misma línea de simulación y abandono. Municipios como Ixtaczoquitlán, Fortín, Córdoba, Amatlán, Yanga y Cuitláhuac padecen el total desinterés de quien debería representarlos en San Lázaro. No hay gestión, no hay presencia, no hay obras. Pero sí hay ego, reflectores y títulos de papel.
El listado de galardonados por esa misma organización incluye nombres como Carlos Trejo, Carmen Campuzano y Tatiana, lo cual evidencia el nivel de frivolidad y desprestigio del “honoris causa”. Que Escobar García se sume a ese desfile de personajes es una bofetada a los verdaderos académicos, a los docentes veracruzanos y a los ciudadanos que aún esperan trabajo real, no diplomas de fantasía.

