


AGENCIA
Miami/Washington.- En un revés judicial para el gobierno de Ron DeSantis, una jueza federal ordenó el cierre del centro de detenciones migratorio conocido como “Alcatraz de los Caimanes” en Florida. La magistrada Kathleen Williams fijó un plazo de 60 días para desmantelar las instalaciones, prohibió el ingreso de más detenidos y frenó cualquier ampliación del complejo, incluyendo la instalación de iluminación industrial, tiendas de campaña o nuevos dormitorios.
La resolución exige al estado retirar generadores, gas, aguas residuales y otros desechos que transformaron una pista de aterrizaje en un improvisado centro de detención. La medida responde a una demanda presentada por organizaciones ambientalistas y la tribu Miccosukee, quienes acusaron a los gobiernos estatal y federal de haber construido el sitio “a la ligera” en cuestión de días, sin prever sus impactos.
Mientras tanto, en Washington, el presidente Donald Trump escenificó un acto de apoyo a las fuerzas federales tras asumir el control de la seguridad de la capital desde el 11 de agosto, bajo el argumento de una “emergencia” por la alta criminalidad.
El mandatario visitó instalaciones de la Policía de Parques de Estados Unidos en Anacostia, un vecindario con altos índices delictivos, donde se dirigió a unos 300 soldados de la Guardia Nacional y agentes federales. Pese a que había prometido patrullar las calles, su actividad se limitó a un discurso de agradecimiento y un convivio con pizza.
Trump expresó su intención de prolongar la intervención federal más allá de los 30 días iniciales y anticipó que presentará una petición al Congreso. Según datos de la Casa Blanca, desde que comenzó la operación el 7 de agosto, se han realizado 630 arrestos, de los cuales 251 corresponden a personas en situación migratoria irregular.
El despliegue en la capital ha sido respaldado por seis estados gobernados por republicanos -Virginia Occidental, Carolina del Sur, Ohio, Mississippi, Louisiana y Tennessee- que enviaron más efectivos, elevando a más de dos mil los soldados de la Guardia Nacional en las calles de Washington.

