Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba.- El abandono persistente de la carretera que conduce a la comunidad de Agustín Millán ha dejado al descubierto una alarmante crisis de representación y una posible revancha política por parte del gobierno municipal de Córdoba, encabezado por el alcalde Juan Martínez Flores.
“La mera verdad, el doctor Juan Martínez nos ha ignorado mucho porque el problema fue cuando quisieron hacer el centro de transferencia en Millán y nosotros no lo dejamos porque iba a ser algo que nos iba a causar molestias, es una pestilencia, es un basurero prácticamente”.
Esta fue la reciente declaración de Valente Jiménez Reyes, sub-agente municipal de la comunidad Agustín Millán, quien ofreció un testimonio crudo y revelador. En declaraciones no sólo confirmó el abandono de más de un mes, sino que apuntó directamente al origen del problema: la negativa de la comunidad a aceptar la construcción de un centro de transferencia de residuos.
La acusación de Jiménez no es menor y encuentra respaldo en investigaciones periodísticas previas. Un reporte de este medio detalló que el proyecto del centro de transferencia, promovido por la administración de Martínez Flores, estaba plagado de anomalías.
La Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto admitía 152 impactos, de los cuales 126 eran adversos. A pesar de conocer el daño potencial y la oposición frontal de la comunidad, el gobierno municipal insistió en imponer la obra, violando el principio de participación ciudadana.
Vecinos de la comunidad, cansados de la inacción gubernamental, se vieron obligados a tomar palas y picos para intentar reparar, con sus propios recursos, los severos daños de la vialidad, un hecho que evidencia el colapso del diálogo entre la ciudadanía y sus autoridades.
La declaración del sub-agente municipal muestra el abandono sistemático que va más allá de la carretera. “Desde que entró la gestión de Juan Martínez, solicité un tope para la escuela secundaria, telebachillerato, primaria y jardín de niños, y hasta la fecha no lo han hecho”, denunció Jiménez.
Esta dejadez, según su testimonio, culminó con el intento de autorreparación ciudadana hace dos semanas, una acción desesperada que resultó insuficiente. “Sí, medio arreglaron, pero no es suficiente. Es peligroso porque hay partes huecas. Puede haber un accidente”, alertó.
La situación ha generado una crisis de movilidad y seguridad para varias comunidades aledañas como Los Mangos, Porvenir, Berlín y Miguel Aguilar, que dependen de esta vía.
