


Durante la cabalgata por la conmemoración de la firma de los Tratados de Córdoba, un jinete con evidente sobrepeso fue captado montando un burro que apenas podía sostenerse, con el rostro del animal reflejando esfuerzo y sufrimiento.
Ni la Unidad Municipal de Protección Civil, ni la Policía Municipal, ni ninguno de los burócratas del Ayuntamiento —desde el alcalde Juan Martínez Flores hasta el personal del Palacio Municipal— fue capaz de intervenir, pese a que el reglamento contra el maltrato animal ya está en vigor y el hecho pudo haberse sancionado en flagrancia.
La omisión de las autoridades deja claro el desinterés institucional ante el bienestar animal, incluso en un evento público.

