De la redacción
El Buen Tono
SpaceX, la compañía de Elon Musk, tuvo que suspender nuevamente el décimo lanzamiento de prueba de su nave Starship debido al mal clima en su base Starbase, Texas. Este vuelo, que ahora podría ocurrir el martes, se da en un momento de escrutinio creciente sobre el vehículo más potente del mundo, tras una serie de fallos que han generado dudas sobre su viabilidad.
Con 123 metros de altura, Starship estaba lista para despegar a las 18:30 locales (23:30 GMT). El retraso se suma al intento fallido del domingo, frustrado por una fuga en el sistema terrestre. La misión busca probar la etapa superior de la nave, destinada a transportar tripulación y carga, y evaluará nuevos materiales para el escudo térmico, además de desplegar satélites Starlink simulados.
El enfoque “fracasar rápido, aprender rápido” ha consolidado a SpaceX como líder en lanzamientos espaciales, gracias a sus cohetes Falcon y cápsulas Dragon, las únicas naves estadounidenses que llevan astronautas a la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, el futuro de Starship aún es incierto: la fase superior ha explotado en los tres vuelos de prueba de 2025 y quedan numerosos desafíos de ingeniería, sobre todo en el desarrollo de un escudo térmico orbital reutilizable.
Además, los retrasos podrían impactar el programa Artemis de la NASA, que planea regresar a la Luna en 2027 usando una versión modificada de Starship como vehículo de aterrizaje. A pesar de los obstáculos, Musk sigue firme en su objetivo: hacer de Starship la clave para colonizar Marte y regresar a la Luna.
