


De la redacción
El Buen Tono
Lo que comenzó como una noche de diversión en el bar El Dorado se transformó en un episodio digno de película: Don Rosenberg, un pensionado de 71 años, gastó todo su apoyo en compañía de varias mujeres, pidió de todo para impresionar y terminó huyendo sin pagar.
Testigos relatan que Don Rosenberg llegó animado, con la cartera recién surtida, y anunció: “¡Pidan lo que quieran, que hoy paga…!”, atrayendo de inmediato la atención de varias mujeres. Entre cumbias, tequilas y sonrisas a precio de oro, disfrutó repartiendo invitaciones y billetes, hasta que la cuenta creció de manera vertiginosa.
Al llegar la medianoche, el dinero se había esfumado. Don Rosenberg ejecutó lo que algunos llamaron la “Operación Retirada”: dio un último paso en la pista de baile y salió corriendo como un maratonista olímpico. Un testigo comentó: “Parecía entrenar con Eliud Kipchoge”.
La policía llegó minutos después y se sorprendió por la agilidad del pensionado, que saltaba botes de basura, saludaba vecinos y seguía bailando mientras huía. Capturarlo fue todo un reto. Uno de los agentes bromeó preguntando qué vitaminas tomaba y si aún había lugar en su clase de Zumba.
La noche terminó en la comandancia, con Don Rosenberg tarareando la última cumbia del bar y con la cuenta pendiente en El Dorado, dejando claro que una noche de fiesta puede vaciar cualquier apoyo en cuestión de horas.

