


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- La población de Córdoba se encuentra sumida en una crisis de salud mental que las autoridades municipales han decidido ignorar. Mientras los casos de depresión, ansiedad y suicidios alcanzan niveles alarmantes, el gobierno municipal asignó cero pesos al rubro de salud en su presupuesto para 2025, dejando a la población vulnerable a merced de sus propios recursos.
Los datos oficiales del INEGI revelan que en 2024 se registraron 8 suicidios en Córdoba, parte de las 370 defunciones violentas por esta causa en Veracruz. Las víctimas abarcan desde jóvenes de 15-19 años hasta adultos mayores de 85 años, demostrando que ningún grupo etario está exento. Pero estas cifras ocultan una realidad más cruda: la Cruz Roja local ha atendido 13 intentos de suicidio en lo que va del año, con un saldo trágico de siete muertes confirmadas.
La magnitud del problema se evidencia en los 1,022 casos de depresión clínica registrados en 2024 dentro de la jurisdicción sanitaria, a los que se suman 570 diagnósticos adicionales en los primeros siete meses de 2025. Los municipios de Paso del Macho, Córdoba y Fortín concentran las tasas más alarmantes, afectando desde adolescentes de 10 años hasta adultos mayores.
Frente a este panorama desolador, la sociedad civil ha tenido que tomar las riendas donde el gobierno ha fallado. El Movimiento Buena Voluntad 24 Horas, a través de su programa Neurateen, ofrece terapias grupales donde militantes comparten testimonios profundos sobre cómo experiencias infantiles marcaron su lucha contra la depresión y pensamientos suicidas. Sus historias de abuso, rechazo y violencia doméstica reflejan los orígenes traumáticos de una crisis que el sistema no logra contener.
Paralelamente, la asociación Yolohimiyotl ha emprendido la campaña “Septiembre Amarillo”, un esfuerzo ciudadano que busca llegar a 32 escuelas y más de 5 mil estudiantes en diez municipios. Esta iniciativa evidencia cómo la sociedad civil se organiza donde el Estado ha fallado, intentando suplir la ausencia de programas gubernamentales efectivos.
La psicóloga clínica Emilia Gabriela Naranjos Martínez identifica detonantes multifactoriales que van desde depresión no identificada y consumo de sustancias hasta separación parental, violencia doméstica o abuso sexual, todos problemas que exigen una respuesta coordinada que simplemente no existe.

