


De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.– La indignación crece luego de que fue captado un tigre blanco con una herida de cinco centímetros en la cola, casi en el ano, en la Reserva Animal del Paseo del río Orizaba. El ejemplar, rescatado del santuario Black Jaguar-White Tiger para recibir mejores cuidados, enfrenta una realidad de abandono y corrupción.
El tigre fue entregado primero a la UMA Citlaltépetl y después trasladado a la Reserva Animal, bajo el argumento de que recibiría atención adecuada. Sin embargo, la imagen del herido confirma lo contrario: las condiciones en que viven distan mucho del “rescate” que prometieron las autoridades.
No es un hecho aislado. Antes denunciaron jaulas minúsculas, atención médica deficiente y opacidad sobre el manejo de los recursos y el personal encargado del cuidado de los más de 200 animales traídos desde el santuario en la Ciudad de México. “Los rescatan de un infierno, pero los condenan a otro peor”, reprocharon ciudadanos en redes sociales, recordando que al menos tres felinos han presentado lesiones o enfermedades desde su llegada a Orizaba.

