De la Redacción
El Buen Tono
CÓRDOBA.- El Rastro Municipal atraviesa una crisis que expone corrupción y maniobras políticas de manera flagrante. Un desfalco millonario salió a la luz señalando irregularidades y la intervención ilegítima de personas cercanas al presidente electo y líder del cártel inmobiliario Manuel Alonso Cerezo, lo que constituye una violación de la ley y genera desconfianza sobre la transparencia del proceso.
El conflicto se intensificó con el intento de clausura por parte de la Contraloría Municipal, este jueves por la tarde, derivando en un enfrentamiento con trabajadores y paralización de las operaciones; evidenciando la incapacidad del alcalde Juan Martínez y del regidor Erick Gasca, responsable de la comisión del Rastro, para evitar la corrupción y proteger los recursos públicos, pero son cómplices.
Enrique Alvarado, líder de la Unión de Tablajeros, denunció que las irregularidades eran conocidas por todos: “Todos sabíamos cómo se trabaja ahí… cobran ellos, hacen todo y si matan 100, nomás reportan 50”. La auditoría que destapó el desfalco sugiere que la futura administración interviene indebidamente en asuntos que aún no le corresponden, en lo que podría considerarse una maniobra política más que un control legítimo.
Los trabajadores, respaldados por Alvarado y por Ignacio Morales, representante del gremio de introductores, matanceros y carniceros, realizaron un paro laboral para impedir la clausura, exigiendo pruebas claras y fundamentadas de las acusaciones. Morales advirtió que seguirán vigilantes y no permitirán que los caprichos políticos interfieran en sus labores, dejando en evidencia que la autoridad falla tanto en prevenir como en sancionar.
Negocio redondo
El regidor Gasca Morales, ha sido señalado por priorizar su imagen sobre una vigilancia efectiva, mientras la administración demuestra autoritarismo, afectando a quienes dependen de este espacio para su sustento. La combinación de corrupción, desfalco y negligencia mantiene al Rastro Municipal en un estado crítico.
