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Funcionarios someten a los trabajadores; Usan Bienestar como aparato político

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EFRAÍN HERNÁNDEZ
EL BUEN TONO

Córdoba.- La delegación regional de los Programas del Bienestar en Córdoba ha dejado de ser un organismo al servicio del pueblo para convertirse en una maquinaria política al servicio de intereses particulares, dirigida por funcionarios sin preparación profesional, pero con ambiciones de control absoluto.
Óscar Carmona Oropeza y Josué Corona Vela, quienes según el padrón nacional de profesionistas no cuentan con título ni cédula profesional, encabezan una estructura interna basada en la intimidación, el autoritarismo y la manipulación del personal a su cargo.
Ambos ordenaron a trabajadores asistir al informe presidencial en el Zócalo de la Ciudad de México, sin dar opción a negarse.
Cada empleado tuvo que pagar su transporte y una playera negra, gastos que la misma dependencia descontará directamente de su salario.
La movilización no fue voluntaria ni simbólica: fue una orden directa bajo amenaza. A quienes se mostraron renuentes se les advirtió de represalias, generando un ambiente laboral asfixiante donde se castiga el criterio propio y se premia la obediencia ciega.
Peor aún, el control de la oficina está en manos de personas que no cumplen con los requisitos mínimos de formación académica, pero sí con el perfil para ejecutar un esquema de clientelismo y simulación. Esta delegación, creada para servir a los sectores más vulnerables, hoy sirve únicamente como trampolín político para operadores sin escrúpulos.

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