De la Redacción
El Buen Tono
Amatlán .- A 10 días de que autoridades ambientales clausuraron la granja San Antonio, vecinos de Ojo de Agua denunciaron movimientos irregulares al interior de las instalaciones, lo que pone en entredicho la efectividad de los sellos y genera preocupación sobre el cumplimiento de la legalidad.
La determinación se dio por contravenir la legislación en materia ambiental; sin embargo, testigos reportaron que la quietud del lugar se interrumpió ayer con el ingreso de una pipa de gas, sumándose a la presencia habitual de un vigilante.
Además, los colonos afirmaron que en días pasados se observó una columna de humo proveniente del interior de la granja, lo que atribuyen a la incineración de material, una acción que incrementa las dudas sobre las actividades que realizan dentro del perímetro clausurado.
De acuerdo con los relatos de los residentes, el día de la clausura se procedió al retiro del personal que laboraba en el lugar pero, la percepción de abandono se disipó rápidamente.
“Primero vimos al vigilante, que es la única persona que debería estar ahí. Pero ayer nos sorprendió darnos cuenta que entraba una pipa de gas. ¿Para qué necesita gas una granja que está clausurada y no funciona?”, cuestionó un vecino.
Otro residente añadió: «Luego del operativo, vimos salir humo de la propiedad. Nos dijeron que estaban quemando productos. Si está clausurada, ¿por qué hay gente trabajando y quemando residuos? La sanción es sólo un letrero”.
La situación generó malestar e indignación entre la comunidad, que exige una explicación clara y una verificación de las instancias correspondientes para garantizar que la clausura se respete y no represente un riesgo latente para el medio ambiente y la seguridad de la zona.
