EFRAÍN HERNÁNDEZ
EL BUEN TONO
Córdoba.– A 67 días de dejar el cargo, el alcalde Juan Martínez Flores deja en claro que su administración no fue de servicio, sino de saqueo. El funcionario, señalado durante todo su mandato por corrupción y abuso, fue captado pagando en efectivo un refrigerador de 29 mil 668 pesos en una tienda de la plaza Shangri-La, en Fortín, mientras los empleados municipales temen quedarse sin aguinaldo. Es tramposo y está asesorado por dos factureros igualmente tramposos.
El cinismo del edil raya en el insulto. Mientras repite discursos de “austeridad” y asegura que el Ayuntamiento no tiene dinero, despilfarra efectivo en lujos personales. Obreros, administrativos y ciudadanos denuncian que el alcalde ha convertido la presidencia municipal en su caja chica, utilizando el dinero público para sus caprichos mientras Córdoba se hunde en el abandono.
Las calles están llenas de baches, la basura se acumula, los servicios básicos colapsan, pero al gobernante poco le importa. Su única prioridad parece ser exprimir hasta el último peso antes de irse. Con un Ayuntamiento endeudado y un pueblo cansado de su soberbia, Martínez Flores se despide dejando una ciudad deshecha, sin rumbo y sin confianza.
Su gestión pasará a la historia no por logros, sino por el abuso, la corrupción y el robo que el Cabildo le ha permitido, gracias al respaldo de su Síndica, Vania López, quien le aprueba todas sus cuentas y compras sin cuestionamiento alguno.


