AGENCIA
Michoacán.- El Ejército Mexicano desplegó este fin de semana a 180 elementos de Fuerzas Especiales en la región de Tierra Caliente, Michoacán, como parte de un operativo militar de gran escala contra la expansión del crimen organizado (CO).
Los soldados, conocidos como “Murciélagos” por su capacidad de operar en la oscuridad, fueron enviados a cinco municipios clave: Tepalcatepec, Buenavista, Apatzingán, Tumbiscatío y La Huacana. Este despliegue forma parte de una operación iniciada el 8 de noviembre, que incluye a mil 980 efectivos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, además de cinco helicópteros de la Fuerza Aérea.
Los “Murciélagos” son unidades entrenadas para desplazarse en silencio y combatir en condiciones extremas. Entre ellos hay francotiradores especializados, expertos en explosivos, equipos de combate en montaña y soldados con dominio en infiltración y exfiltración táctica. Su labor se apoya con drones tácticos, sistemas de bloqueo de aeronaves no tripuladas, vehículos para detección y desactivación de minas, así como una red de videovigilancia en tiempo real.
Las tropas fueron agrupadas en Morelia, Uruapan, Apatzingán, Zamora y Pátzcuaro, bajo el mando de las 21/a. y 43/a. Zonas Militares, con el objetivo de reforzar la vigilancia en una región marcada por la violencia y la presencia de grupos armados.
De acuerdo con reportes militares, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), originado en Tepalcatepec, mantiene el dominio en amplias zonas de Tierra Caliente, donde enfrenta a la alianza de grupos locales conocida como Cárteles Unidos o Resistencia, encabezada por Juan José Álvarez Farías, El Abuelo, un ex policía comunitario.
Esta coalición está integrada por remanentes de la Familia Michoacana, los Caballeros Templarios, Los Viagras y el Cártel del Golfo, con presencia en Apatzingán, Buenavista y Coalcomán.
En la zona costera del estado, la Nueva Familia Michoacana controla el puerto de Lázaro Cárdenas y territorios cercanos. Este grupo, catalogado por Estados Unidos como organización terrorista extranjera, mantiene vínculos con otros cárteles mayores para el tráfico de drogas sintéticas hacia el Pacífico.
También operan células más pequeñas y violentas como Los Viagras, Los Blancos de Troya y el Cártel de Acahuato, dedicadas a la extorsión, el secuestro y el control territorial. Los Caballeros Templarios, aunque fragmentados, continúan activos y representan una amenaza latente en municipios de la región.
Fuera de Tierra Caliente, el CJNG busca consolidar rutas de tráfico de drogas y contrabando en el corredor limítrofe con Jalisco y Colima, mientras que el Cártel de Sinaloa mantiene una presencia marginal pero con interés estratégico en el puerto de Lázaro Cárdenas, punto clave en la disputa criminal que mantiene en tensión a Michoacán.


