AGENCIA
EdoMex.- Elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México detuvieron a María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N”, señalados por su presunta participación en la desaparición y homicidio de un sacerdote identificado como E.B.H.V., de 43 años, en el municipio de Tultitlán.
La desaparición fue reportada el 31 de octubre por familiares de la víctima, lo que dio inicio a las investigaciones y protocolos de búsqueda.
Durante las indagatorias, las autoridades localizaron el vehículo del sacerdote circulando con rumbo al estado de Hidalgo. Con el apoyo de la Procuraduría General de Justicia de esa entidad, se dio seguimiento al recorrido de la unidad y se identificó una motocicleta que acompañaba al automóvil.
Tras ubicar al propietario de la motocicleta, este declaró que había prestado el vehículo a Brandon Jonathan “N”, quien le dijo que iría a vender una camioneta porque había sido víctima de un fraude.
Con estos datos, la Fiscalía obtuvo una orden de cateo para un domicilio en la Unidad Habitacional Morelos, Tercera Sección, en Tultitlán. En el lugar se hallaron ropas y pertenencias del sacerdote, una estola, objetos punzocortantes y rastros de sangre detectados mediante pruebas químicas.
Las investigaciones establecieron que el 29 de octubre, la víctima acudió a ese inmueble junto a una mujer, donde se encontraba Brandon Jonathan “N”. Durante la convivencia, en la que consumieron alcohol y drogas, el hombre presuntamente atacó al sacerdote con un arma blanca, causándole la muerte.
Posteriormente, María Fernanda “N”, pareja sentimental del agresor, llegó al sitio y ambos habrían intentado deshacerse del cuerpo, envolviéndolo en bolsas y sujetándolo a un sillón, para luego abandonarlo en un río de aguas negras en el municipio de Nextlalpan el 30 de octubre.
El 11 de noviembre, peritos de la Fiscalía localizaron el cuerpo en el sitio señalado, y tras las pruebas genéticas confirmaron que correspondía al sacerdote desaparecido.
Ambos detenidos fueron arrestados en el municipio de Cuautitlán y trasladados a los Centros Penitenciarios de Tlalnepantla y Cuautitlán, respectivamente, donde quedaron a disposición de la autoridad judicial que definirá su situación legal.
