De la Redacción
El Buen Tono
Gales.- El rey Carlos III cumplió 77 años el pasado 14 de noviembre, pero lejos de una fiesta convencional, el monarca británico dedicó su día a actividades oficiales acompañado de la reina Camila. La celebración tuvo lugar en el castillo de Cyfarthfa, una joya histórica de 1825 en Gales del Sur actualmente en restauración, que simboliza la conexión del soberano con comunidades y organizaciones locales.
A su llegada, Carlos y Camila fueron recibidos por residentes y representantes de patronazgos reales como The King’s Trust y la Royal Osteoporosis Society. Los organizadores sorprendieron al rey con un pastel con forma del castillo, que cortó visiblemente emocionado, convirtiéndose en la imagen más comentada del día.
La agenda de Carlos III comenzó temprano con la inauguración de un nuevo depósito del Metro y Tranvía en Taffs Well, reforzando la red de transporte regional. Allí, un tren recién incorporado recibió un mensaje en galés deseándole un feliz cumpleaños: “Penblwydd Hapus”. Más tarde, los tradicionales saludos se hicieron presentes en todo el Reino Unido con 41 cañonazos en Londres y 21 en Irlanda del Norte desde el Castillo de Hillsborough.
Como parte de los festejos, la Casa Real compartió una nueva fotografía oficial del rey tomada en los jardines de Sandringham, donde Carlos aparece con tonos tierra y un bastón, reflejando su serenidad y compromiso con la preservación del entorno natural.
Aunque la fecha real del cumpleaños es en noviembre, la celebración oficial se reserva para el verano mediante el desfile Trooping the Colour, una tradición iniciada en el siglo XVII para evitar las inclemencias del clima.
Este cumpleaños llega en un momento complejo para el monarca, quien continúa cumpliendo con una intensa agenda pese a su diagnóstico de cáncer en 2024, y en medio de tensiones familiares que incluyen la distancia con el príncipe Enrique y los recientes cambios en los títulos de su hermano Andrés. En contraste, el príncipe William y Kate Middleton felicitaron públicamente al rey, consolidándose como los rostros más visibles de la monarquía actual.
Carlos III demostró resiliencia y compromiso con sus deberes, proyectando estabilidad en un momento crucial para la corona británica.
