De la redacción
El Buen Tono
Estados Unidos atraviesa un escenario económico complicado ante el encarecimiento de la carne de res, situación que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, describió como una “tormenta perfecta” en medio de crecientes presiones por el alto costo de vida. El funcionario responsabilizó al presidente Joe Biden, a la inmigración irregular y a la suspensión de importaciones provenientes de México.
Según Bessent, la llegada de una enfermedad conocida como gusano barrenador obligó al cierre de la frontera para productos cárnicos mexicanos, lo que ha presionado aún más un mercado que, por sí mismo, funciona en ciclos largos y es altamente vulnerable a cualquier interrupción.
El impacto para las familias podría ser mayor en los próximos años. Nate Rempe, presidente de Omaha Steaks, advirtió que la libra de carne molida alcanzará los 10 dólares para el tercer trimestre de 2026, un nivel nunca antes registrado. También señaló que no se espera una reducción considerable en los precios hasta 2027.
El consumo de carne en Estados Unidos se mantiene entre los más altos del mundo, por lo que este incremento representa un golpe directo al bolsillo de millones de hogares. Además, el encarecimiento de este producto ha sido señalado en encuestas como uno de los factores que influyó en resultados electorales desfavorables para los republicanos en Virginia y Nueva Jersey, así como en la baja popularidad del presidente Donald Trump.
Bessent contextualizó que el problema de la carne forma parte de un entorno económico complejo marcado por la inflación y los retos en el crecimiento nacional, elementos que continúan presionando a la administración federal.
