El Buen Tono
De la Redacción
Córdoba, Ver.- En un acto de evasión que ha generado indignación, el alcalde Juan Martínez Flores optó por atacar al mensajero en lugar de responder al mensaje. Hoy, el primer edil tildó a este medio de “pasquín”, una descalificación propia de épocas autoritarias, en respuesta a nuestra postura crítica sobre el abandono de la infraestructura urbana. Mientras el funcionario se dedica a desacreditar, las calles de la ciudad son un caos en obra pública.
Lejos de ser meras imperfecciones, las calles son las grietas abiertas por las que se escurre la credibilidad de esta gestión.
Por ejemplo, en la calle 13, los vecinos han tenido que recurrir a una solución desesperada: colocar piedras sobre las banquetas para intentar cubrir los hoyos y el concreto deteriorado. Estas rocas, derivadas de la descomposición del pavimento, no son un ornamento, sino un síntoma de la incapacidad municipal para garantizar un espacio público mínimamente seguro.
La situación no es aislada. En la calle 11, bloques enteros de la carpeta asfáltica se han desprendido, creando un terreno irregular y peligroso que dificulta y encarece el tránsito de todos los vehículos. El riesgo, sin embargo, no es solo para los que van sobre ruedas. En la avenida 4 y hasta en zonas céntricas como la Colonia México, las rupturas en las tapas de concreto del drenaje se han convertido en una amenaza latente para los peatones.
UN SOCAVÓN Y UN DESFILE: LA PARADOJA DE LA INDOLENCIA
Mientras la ciudad se resquebraja desde sus bordes, un nuevo y alarmante punto de ruptura ha aparecido en el corazón de la colonia 20 de Noviembre. Un socavón de considerables dimensiones se ha abierto paso, reportado por vecinos desde hace días, sin que la autoridad haya implementado ningún operativo serio para su reparación o, al menos, para su señalización y contención efectivas.
