Adriana Estrada
EL BUEN TONO
Orizaba.- La irresponsabilidad ciudadana y la inacción de los ayuntamientos ha creado un panorama desolador para la fauna urbana, mientras rescatistas independientes cargan con el peso de una labor que debería ser institucional.
La cruda realidad se repite día con día en las calles de la región, donde perros abandonados, atados, hambrientos y olvidados, se convierten en el símbolo de una doble falla social, por un lado la negligencia de quienes los desechan y la desidia de las autoridades municipales, cuyas promesas de protección animal se quedan en el papel y como promesa de campaña.


