Agencias
México.- Jesús Norberto “N”, alias “El 30”, señalado como uno de los operadores financieros del Cártel de Sinaloa, fue abatido el sábado 12 de julio en un enfrentamiento con fuerzas federales en un camino de terracería en la sindicatura de Tacuichamona, al sur de Culiacán, Sinaloa. En la refriega también murió otro hombre, identificado como Jesús Alexis “N”, y fueron aseguradas armas de alto poder y al menos seis vehículos.
“El 30” era considerado una pieza clave en el lavado de dinero del grupo criminal. En septiembre de 2024, él y su esposa fueron incluidos en la lista de sancionados por la OFAC, del Departamento del Tesoro de EE.UU., bajo la Orden Ejecutiva 14059. Según el reporte, usaban negocios de fachada —incluyendo una heladería en zonas rurales de Culiacán— para lavar ganancias provenientes del narcotráfico.
Pese a la magnitud del hecho, ninguna autoridad mexicana ha confirmado oficialmente su muerte, lo que ha encendido alarmas entre analistas de seguridad, quienes advierten que estos silencios podrían estar ligados a un patrón de ejecuciones extrajudiciales o “silenciamientos” para evitar que figuras clave del narco declaren ante la justicia estadounidense, revelando nexos con políticos y empresarios de alto nivel.
La muerte de “El 30” ocurre en medio de una ola de violencia en Sinaloa, desatada desde septiembre de 2024 por la disputa entre Los Chapitos y Los Mayos, tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en un aeropuerto de Nuevo México el 25 de julio de ese año. Mientras tanto, la estrategia oficial parece más enfocada en eliminar testigos que en desmantelar verdaderamente las redes de poder que sostienen al crimen organizado.
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