Agencia
Chalco, Estado de México.- A pesar de que la familia Márquez asegura haber alquilado legalmente una vivienda ubicada en la calle Hacienda la Labor, en la Ex-Hacienda de Guadalupe, una denuncia previa por despojo presentada por Mariana Santana Alfaro, hija de Carlota “N”, ya pesaba sobre el inmueble desde el pasado 27 de marzo. Seis días después, el conflicto escaló a un hecho violento que fue captado en video: Mariana fue vista disparando contra Justin y su padre, Esaú, quienes se encontraban dentro de la casa en disputa.
La nuera de Esaú y cuñada de Justin defendió públicamente la legalidad de su estancia en la vivienda. “Tu familia tiene como comprobar que tienen ese documento de que rentaban ¿verdad?, sí está el documento de arrendamiento”, afirmó, asegurando que los papeles están dentro del domicilio que ahora se encuentra asegurado por las autoridades.
Según consta en la carpeta de investigación AME/CHA/00/MPI/204701223/25/03, Mariana Alfaro interpuso una denuncia por despojo el 27 de marzo de 2025, misma que fue atendida por la agente del Ministerio Público, Nancy Fernanda Reyes García. Como resultado, se giró un oficio el mismo día al director de Seguridad Pública Municipal y Tránsito de Chalco, en el que se impuso una medida de protección para Mariana tanto en su domicilio como en su lugar de trabajo, ambos ubicados en la calle Hacienda la Labor.
Dicha medida incluía protección policial por 30 días, así como auxilio inmediato en caso de requerirse. En el documento también se advierte que, de no cumplirse con estas medidas, se impondría una sanción conforme al artículo 104 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
No obstante, la agresión armada se registró seis días después de la denuncia, y hasta ahora no se tiene registro de que las medidas de protección se hayan hecho efectivas. Al ser cuestionadas por Grupo Imagen, las autoridades municipales negaron tener conocimiento del caso.
—¿No hubo nadie que solicitara apoyo de que la señora, la abuelita Carlota, hubiera venido a solicitar apoyo porque habían invadido su domicilio? —se preguntó durante la entrevista.
—Nada —fue la respuesta de un funcionario local.
