

Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- Mientras el centro de la ciudad presume banquetas recién rehabilitadas y calles en constante mantenimiento, en la Oriente 41 la realidad es opuesta, pues brilla por el abandono, calles cuarteadas, banquetas rotas y montones de basura son parte del paisaje diario. Habitantes de esta zona limítrofe con Ixhuatlancillo acusan al ayuntamiento de Orizaba de marginarlos sistemáticamente.
La protesta vecinal se hizo evidente al denunciar que el pretexto es por “estar al borde del municipio” y por ello, el olvido institucional. “Para ellos no existimos”, expresaron.
“No sólo tenemos que sortear hoyos en la calle y banquetas peligrosas, también vivimos entre la basura porque el servicio de limpia pública simplemente no funciona aquí”, expuso una vecina.
Además, denunció la falta constante de agua potable, que desaparece sin previo aviso, dejando a familias enteras sin posibilidad de cubrir sus necesidades básicas.
Subrayaron que, a pesar de pagar impuestos y servicios como cualquier otro ciudadano, no reciben trato equitativo. “Es una injusticia, nosotros también somos Orizaba”, señalaron.
La protesta dejó al descubierto una doble cara en la administración, la de una ciudad de postal en el centro, y otra invisibilizada en sus márgenes.
