AGENCIA
Caracas.- La aviación comercial venezolana atraviesa un proceso de reconfiguración forzada luego de la suspensión de vuelos por parte de doce aerolíneas extranjeras, desencadenada tras alertas emitidas por Estados Unidos, España y otras naciones sobre los riesgos de sobrevolar el espacio aéreo de Venezuela. La medida generó un vacío en la conectividad internacional que las compañías locales intentan cubrir acelerando nuevas rutas, incrementando frecuencias y proponiendo alternativas temporales.
Laser Airlines anunció que pasará de cuatro a siete vuelos semanales con destino a Bogotá a partir del 11 de diciembre, además de programar vuelos especiales hacia Curazao durante diciembre y enero. En esa misma línea, Turpial incrementará sus operaciones entre Valencia y Bogotá y abrirá una ruta directa hacia Medellín, mientras que Rutaca habilitó el tramo Caracas–Bogotá–Caracas con tres frecuencias a la semana.
Por su parte, Estelar informó este sábado sobre una nueva opción para los viajeros afectados: una ruta hacia España con escala en Barbados, operada en conjunto con Iberojet y prevista para iniciar el 8 de diciembre. Paralelamente, el Gobierno venezolano reportó un acuerdo con Turquía para restablecer “a la brevedad” la conexión Caracas–Estambul a través de Turkish Airlines.
Actualmente, siete aerolíneas venezolanas mantienen operaciones internacionales hacia destinos como México, Panamá, Brasil, Rusia, Cuba y Colombia. No obstante, algunas han tenido que recortar rutas de larga distancia, entre ellas el Caracas–Madrid, operado por Laser y Estelar, tras la recomendación de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) de evitar el espacio aéreo venezolano por precaución.
El impacto del cierre aéreo también repercute en la frontera. La Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo (Avavit) confirmó el incremento de vuelos semanales hacia el estado Táchira, de 35 a 39, ante la creciente demanda de pasajeros que optan por desplazarse por tierra hacia ciudades colombianas para continuar sus viajes desde aeropuertos cercanos.
La crisis aérea comenzó tras la advertencia emitida el 21 de noviembre por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, en un contexto marcado por el incremento de tensiones entre Caracas y Washington debido al despliegue militar estadounidense en el Caribe. Mientras persisten las restricciones y los temores internacionales, las aerolíneas venezolanas se ven obligadas a improvisar soluciones ante una conectividad cada vez más limitada.


