De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- La zona de la vuelta y salida de la autopista hacia Huatusco se convirtió en un paradero improvisado, caótico y peligroso, que camiones y vehículos de Pollos San Antonio utilizan impunemente con la protección del alcalde, Gerardo Rosales.
La complicidad del edil es vergonzosa, pero también criminal, al permitir que una empresa privada secuestre el espacio público, viole reglamentos y maltrate animales sin castigo.
A pesar de contar con un espacio propio para el resguardo de sus unidades, la empresa decidió apropiarse de la vía pública, obstruye la vialidad, poniendo en riesgo a los automovilistas y generando un foco constante de desorden.
Los tráileres, vehículos particulares y camionetas invaden carriles, dificultan la salida a la autopista y provocan embotellamientos diarios, sin que nadie, ni Tránsito del Estado ni el ayuntamiento, se atrevan a intervenir.
Vecinos y automovilistas denunciaron en múltiples ocasiones que este abuso afecta la movilidad y se agrava con las condiciones infrahumanas en que la empresa mantiene a los animales todos los días y en los trayectos.
Expone a gallinas y pollos durante horas al rayo del Sol, sin sombra ni agua, en medio de un calor sofocante y entre olores insoportables, como si el sufrimiento fuera parte del menú.
