


Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- La falta de compromiso del presidente municipal, Gerardo Rosales Victoria, con la protección animal refleja su omisión, lo que también es corrupción, para implementar un Centro de Bienestar Animal, pero también el desvío sistemático de recursos económicos que deberían destinarse a esta causa.
A cuatro meses de que finalice su administración, no hay rastro de infraestructura, personal capacitado ni campañas para atender el maltrato animal en el municipio.
Dicho desprecio volvió a quedar al descubierto con la denuncia reciente de un caso de crueldad contra un perro en el fraccionamiento Geovillas, específicamente en circuito Gardenias.
En el lugar vecinos reportaron que el animal permanece constantemente bajo condiciones climáticas extremas, sin resguardo, alimento ni supervisión de sus dueños.
Pese a que la ley obliga a los municipios para actuar en casos como este, en Fortín reina la impunidad en el ramo.
Rosales Victoria es omiso de manera deliberada, pasa por alto peticiones ciudadanas, demandas de organizaciones protectoras y múltiples reportes de maltrato.
Su nulo interés por los animales no es casual, los recursos que podrían utilizarse para crear un espacio digno y funcional desaparecieron sin explicación, alimentando sospechas de corrupción y robo al erario.
Además, no existe evidencia de voluntad política. Ni una campaña de concientización, ni una sola patrulla especializada, ni una sola acción concreta.
En lugar de proteger a los seres sintientes, permitió que se normalicen la flojera, el abandono y la violencia hacia los animales, mientras su administración continúa lucrando con lo que debería destinarse al bienestar de los más vulnerables.
Así, Fortín permanece sin un Centro de Bienestar Animal, sin personal que atienda denuncias, y sin un gobierno que escuche.
Lo que debería ser una política pública de protección, Rosales Victoria lo convirtió en otra oportunidad para el saqueo.


