


De la Redacción
EL BUEN TONO
Orizaba, Ver.– Tuvieron que pasar más de doce meses de denuncias, enfermedades, caídas y hasta fracturas para que, apenas este 12 de septiembre, la presidenta municipal de Mariano Escobedo, María Guadalupe Durán Alcántara, enviara cuadrillas a atender el drenaje colapsado en la prolongación de Norte 8.
Pero su tardía acción no borra la realidad: junto con Juan Manuel Diez Francos, alcalde de Orizaba, y Fernando Ochoa Vergara, de Ixhuatlancillo, han permitido que más de 200 familias vivan entre aguas negras, pestilencia y riesgo sanitario durante más de un año, sin coordinación ni voluntad política para dar una solución definitiva.
Cada lluvia convierte calles y banquetas en auténticos ríos de aguas residuales que, al secarse, dejan desechos contaminando el aire y afectando comercios de comida, farmacias y tiendas. La gente ha enfermado, adultos mayores han sufrido caídas y un menor terminó con fracturas, mientras las autoridades municipales gastan recursos en eventos y propaganda, pero no en infraestructura básica.
El desazolve realizado por Mariano Escobedo es solo un parche, no una respuesta integral. “Se acordaron de nosotros cuando ya es insostenible, pero aquí los tres alcaldes son responsables: ninguno dio la cara a tiempo ni trabajó en conjunto”, reclamó Rogelio Ubaldo, vecino afectado.
Los colonos exigen que dejen de evadir su responsabilidad y presenten un plan completo: drenaje, pavimento y medidas de seguridad. “Ya basta de parches temporales. Queremos soluciones reales, no pretextos”, señalaron.
Mientras tanto, María Guadalupe Durán Alcántara, Juan Manuel Diez Francos y Fernando Ochoa Vergara siguen demostrando que la salud y seguridad de la gente no está en su lista de prioridades.

