De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- La misma red de corrupción, tráfico de influencias y favores millonarios que desmanteló Córdoba en tiempos del gobierno de Leticia López, se recicla en la campaña de Manuel Alonso Cerezo, el candidato impugnado de Morena.
Al frente del operativo está Jorge López Tress, señalado por acoso sexual y negocios turbios desde su paso como director de Educación. Su ambición desmedida y su cercanía con Denisse Lira Tosqui, funcionaria actual e hija de un dirigente sindical, lo colocan como uno de los que ya se ve despachando otra vez desde una oficina municipal, si Alonso gana.
Pero no es el único. Tomás López Landero, empresario chatarrero, señalado por beneficiar a su familia con contratos mientras desmantelaba infraestructura de Pemex, es hoy el principal financiador de la campaña de Alonso.
Junto a ellos se suman Andrea Aceval, hija de Agustín Aceval, dueño de una de las constructoras más favorecidas del priismo, con historial de obras mal hechas en Córdoba y Fortín, ya opera dentro del círculo más cercano de campaña.
Miguel Gerezano Arreola, operador político de Leticia López, acusado por múltiples abusos y fracasos electorales, hoy es “coordinador”.
Marcos Galicia, otra ficha corrupta, conocido por ser uno de los brazos de presión más sucios de López Landero.
Y Alexis Nolasco, ligado al desvío de recursos desde Comunicación Social durante la administración de Leticia, reapareciendo como estratega fantasma.
