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Xalapa.- La creciente dinámica de laderas se erige como riesgo para pobladores y turismo de aventura del Pico de Orizaba, además de que preocupan los efectos de la oscilación térmica y retracción del glaciar.
El maestro en Ciencias del Ambiente por la Universidad Veracruzana (UV), y doctor en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Víctor Soto, dio a conocer lo anterior, y añadió que la montaña al igual que el Popocatépetl, registró un promedio de retroceso en su glaciar del tres por ciento anual, cuando su profundidad rondaba los 23 metros en 2019.
Indicó que dicha situación “motiva la desaparición de la masa de hielo, pero también la fatiga sobre la roca basáltica, que posee baja resistencia a estos procesos y desprende peñascos del tamaño de un automóvil”.
Cambio climático
Añadió que: “Las condiciones actuales de los hielos en la República Mexicana muestran mayor susceptibilidad a los patrones del clima que se registraba”.
Lamentó que la pérdida del glaciar se haya acelerado en años recientes; para ello, mostró gráficas de 2011 que ya indicaban el amplio basamento rocoso.
“Cuando existe mayor o menor presencia de acumulación y transformación de sólido a vapor sin paso por estado líquido, hablamos de un desequilibrio por tres factores”, explicó.
Lo anterior, expuso, se refiere al déficit de precipitación, temperatura del aire superior a los cero grados o superávit de energía superficial.
Dijo que es esto lo que ocurre en el Pico de Orizaba; ha mostrado tasa de retroceso producto del incremento de la temperatura en la zona aledaña.
Es importante mencionar que el especialista sustentó la conferencia: “¿Qué sucede tras la retracción del hielo glaciar del Pico de Orizaba? Escenarios futuros de la dinámica de sus laderas”, coordinada por el Centro de Ciencias de la Tierra de la UV.
