Orizaba.- El aumento al precio del pasaje ha impactado de manera diferente a los integrantes del gremio taxista, ya que mientras para algunos les ha permitido que los usuarios de los camiones opten por irse en grupo a un lugar en específico, pagando una corrida que les sale más económica, en otros casos la gente opta por caminar.
Si bien es cierto, durante los días en que los camiones fueron retenidos por estudiantes les permitió cargar pasaje extra, algunos de los choferes abusaron de estos momentos al cobrar corridas en 30 pesos, cuando la tarifa mínima es de 25 pesos, eso generó desconfianza en la población, que ahora toma sus reservas al momento de abordar un taxi.
En el caso de alguno de los operadores que se ubican en sitio, la situación sigue siendo la misma, es decir, el aumento a la tarifa del transporte ni les perjudica ni les beneficia, ya que tan sólo en el caso de los que están en la terminal de autobuses es más común que la gente les pida el servicio sin mayor contratiempo, llegando a alcanzar en un día bueno hasta 40 corridas, pero no siempre es así, aunque al menos no tienen que estar gastando gasolina de más, a diferencia de los que andan libres.
“Aquí es el mismo trabajo que tenemos todos los días. No varía, ni sube ni baja, no nos perjudica ni nos beneficia. Yo me hago 40 corridas diarias”, explicó uno de ellos.
Lo que sí le genera un fuerte impacto al gremio es el aumento de concesiones en la ciudad, dado que de cara al cierre de la Administración Estatal, si una persona lleva dinero de manera inmediata les liberan la concesión, lo que hace que entre ellos se estén afectando, porque la economía que hay en el País y en el Estado generan que no sea tan rentable una unidad de alquiler, como hace 15 o 20 años.
“Pareciera que lo único que les importa es tener dinero, los amolados somos nosotros porque ya hay muchas unidades, es como si el pastel se repartiera entre más personas”, citó uno de los operadores.
Aunque ya no les reditúa, se mantienen para subsistir, porque no hay otras opciones laborales y las que existen son en horarios quebrados, pagando salarios de 800 pesos a la semana y aquí, si se aplican, pueden lograr la cuenta que les pide su patrón y lo que les queda libre es para ellos.
