


De la Redacción
EL BUEN TONO
Región.- Al filo del cierre de la administración municipal que encabezó el alcalde Luis Arturo Figueroa Vargas, la carretera que atraviesa Peñuela se mantiene como un testimonio de abandono y promesas incumplidas.
Los baches, convertidos en cráteres que ponen en riesgo a conductores y dañan vehículos, fueron el problema constante que la administración nunca resolvió, escondiéndose tras una cómoda y cuestionable excusa: Afirmar que se trataba de una competencia exclusiva del gobierno estatal.
Sin embargo, esta justificación choca con la responsabilidad del mantenimiento y bacheo de las vialidades urbanas y de tránsito local que recae directamente en los municipios. La carretera de Peñuela, si bien forma parte de una ruta estatal, es la principal arteria de conexión dentro del municipio y su deterioro impacta directamente la vida diaria de los amatlecos, una labor que compete, en primera instancia, a la autoridad municipal gestionar y atender.
Pero la opacidad fue otra de las características de esta gestión. En múltiples ocasiones, ciudadanos y medios de comunicación, incluido este medio, solicitaron información mediante transparencia sobre el programa de bacheo, el presupuesto asignado y las gestiones realizadas ante el estado para coadyuvar en la solución. La respuesta, casi siempre, fue el silencio.


