
Amatlán.- Durante los días de feria, las calles aledañas a la Unidad Deportiva y al recinto ferial se han convertido en una zona de caos y abuso, donde residentes cobran hasta 30 pesos por estacionarse, colocando cajas, piedras y hasta vigilantes improvisados para impedir que los automovilistas ocupen espacios públicos sin pagar. Ante esta situación, el ayuntamiento no ha tomado medidas claras para regular estas prácticas, dejando a visitantes y locales a merced de lo que muchos califican como “extorsión disfrazada”.
Quienes asisten a los eventos feriales se enfrentan a un dilema: pagar por estacionarse en zonas que, por ley, deberían ser gratuitas, o arriesgarse a que les dañen su vehículo.
“Es un abuso. Llegas y te bloquean el paso con cubetas, llantas o hasta cadenas. Si no pagas, te intimidan”, denunció un visitante.
