


De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.- El penetrante y nauseabundo olor a drenaje en el área de carnes frías del supermercado Fénix, propiedad del alcalde Juan Manuel Diez Francos, continúa operando sin ningún tipo de restricción o sanción por la contaminación que provoca, convirtiéndose en un símbolo de privilegio intolerable y abuso de poder, ante la evidente inacción de las autoridades sanitarias, paralizadas por el conflicto de intereses.
La situación ha sido reportada por clientas en diferentes ocasiones, a lo que se responde con una limpieza superficial que permite que el olor “desaparezca” por uno o dos días. Sin embargo, al ser un problema interno que no es solucionado, vuelve a presentarse, mientras los clientes han tenido que soportar el hedor en un espacio donde se expenden productos de consumo humano directo.
Testigos denunciaron que el olor fétido que emana de los enfriadores es una constante. Aunque se realicen labores superficiales de limpieza, la peste regresa.
Lo más grave de la negligencia sanitaria es la doble moral exhibida por la administración municipal, pues mientras pequeños comerciantes y vendedores ambulantes son recurrentemente multados, desalojados y hostigados por órdenes de Juan Manuel Diez Francos, el negocio de su propiedad opera en condiciones que representan un potencial riesgo para la salud pública.
El supermercado Fénix, propiedad del edil Juan Manuel Diez, goza de un blindaje implícito, donde la persistencia del problema evidencia la inacción de las autoridades sanitarias y municipales, las cuales, lejos de actuar con el rigor que exige la ley, están evidentemente coludidas, por el hecho de que el infractor es el presidente municipal.

