in

“Apapacho del Bienestar”: El gobierno recicla una estrategia de 1994 para enfrentar la crisis de salud

PUBLICIDAD publicidad PUBLICIDAD

Agencias

México.- El gobierno federal ha anunciado la expansión de la estrategia “Trato Digno” como la gran solución para humanizar la atención en el IMSS e IMSS-Bienestar, promoviendo la idea de un “apapacho institucional”. Esta narrativa, que prioriza el cambio en las formas sobre el fondo, surge en un contexto donde las quejas por desabasto de medicamentos y trato deficiente son una constante. La presentación de módulos de quejas y talleres de “humanización” parece más un ejercicio de relaciones públicas que un plan estructural para sanar un sistema de salud en crisis crónica.

La estrategia se revela como un mero relanzamiento cosmético de un programa que data de 1994, el TAOD. Este hecho evidencia una falta de innovación real y sugiere que se trata de reciclar una política antigua con un nuevo eslogan atractivo. La promesa de “resolver problemas” mediante módulos es insuficiente cuando las fallas son sistémicas: corrupción en las compras gubernamentales, infraestructura hospitalaria obsoleta y una fuga constante de personal médico especializado hacia el sector privado.

El contraste entre la retórica del “apapacho” y la realidad en los hospitales es abismal. Mientras se habla de calidez, los pacientes enfrentan largas filas desde la madrugada, carencia de equipos de diagnóstico y la angustia de no encontrar medicamentos esenciales. La estrategia se enfoca en la estética de la atención —uniformar al personal y hacer encuestas— en lugar de atacar los verdaderos obstáculos que impiden una atención médica oportuna y de calidad.

Al centrarse en indicadores de percepción, como encuestas bimensuales, la política corre el riesgo de convertirse en un mecanismo para maquillar estadísticas en lugar de transformar servicios. La salud pública no se mejora con consignas o terapias emocionales institucionales, sino con una asignación presupuestaria suficiente, una gestión transparente y eficiente de los recursos, y una auditoría rigurosa que garantice que los insumos lleguen a donde se necesitan.

En conclusión, el “Trato Digno” parece una respuesta superficial a un problema profundo. Ofrece consuelo simbólico —un “apapacho”— donde lo que se requiere es una reforma estructural, transparencia y voluntad política para priorizar la inversión en salud sobre otros intereses. Sin esto, la estrategia será recordada como otro esfuerzo bienintencionado pero incapaz de curar las heridas de un sistema gravemente enfermo.

CANAL OFICIAL PUBLICIDAD

Mujer y su hija son arrolladas en cruce de Araucarias y Lázaro Cárdenas; ambas resultan lesionadas