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Arte y cultura: mejora la salud y aumenta la felicidad

Superiberia

Es bien sabido que la cultura y el arte son alimento para el intelecto y para el espíritu. El arte hace que los hombres y las mujeres se engrandezcan y, en muchos casos, trasciendan las fronteras de lo común para alcanzar la inmortalidad. Si nos damos tiempo de disfrutar de las diversas expresiones artísticas no sólo tendremos una mayor sensibilidad, sino que podremos se personas más sanas y felices.

Un estudio realizado en Noruega a más de 50 mil adultos, tanto hombres como mujeres, reveló que aquellos que son aficionados a visitar galerías y museos o a asistir a teatros y conciertos con cierta regularidad, son más sanos, menos ansiosos y tienden menos a deprimirse que aquellos que nunca participan en actividad cultural alguna.

Esta investigación, publicada en Journal of Epidemiology and Community Health (Revista de Epidemiología y Salud Comunitaria), estudió la asociación entre una buena salud y la satisfacción con la vida y la participación en actividades culturales; esto debido a que tienen un impacto positivo en la satisfacción con la vida, los niveles de depresión, ansiedad y buena salud.

Pero quienes más se benefician con estas actividades, afirman los investigadores, son los hombres que están interesados en las actividades receptivas, es decir en observar y experimentar la cultura, más que en hacer o crear algo cultural.

 

Vidas mas plenas y longevas

Desde hace mucho tiempo se sabe que las actividades culturales pueden beneficiar a la salud y prolongar la longevidad de los individuos; por lo que se incluyen en las políticas de los gobiernos responsables, ya que saben que con esto pueden mejorar el bienestar de la gente.

A pesar de eso, hasta hace poco no se había estudiado cuál era el impacto de esta participación cultural en la salud y la satisfacción con la vida y si era más beneficioso para los hombres o las mujeres. Los investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, en Trondheim, utilizaron los datos del Estudio de Salud de Trondelag del Norte llevado a cabo con 50,797 adultos de entre 20 y 80 años entre 2006 y 2008.

El estudio utilizó cuestionarios para determinar con qué frecuencia los participantes se comprometían en actividades culturales y cuáles eran sus hábitos de estilo de vida, incluida la actividad física y su estado de salud mental. El estudio incluyó un análisis clínico de los individuos para registrar su estado de salud, su satisfacción con la vida y sus niveles de ansiedad y depresión.

Las actividades culturales fueron clasificadas como creativas: en las que el individuo hace una tarea para crear algo “cultural”, por ejemplo, una clase de pintura o una clase de piano; y receptivas: en las que el individuo recibe impresiones o experiencias culturales sin tener que “crear”, como ir a un concierto, una exposición de arte, el teatro o visitar un museo.

El estudio tomó en cuenta factores como el ingreso y el nivel educativo de los participantes.

“Los resultados mostraron que, en general, tanto los hombres como las mujeres suelen participar más en actividades culturales creativas que en actividades culturales receptivas” dice el doctor Koenraad Cuypers, quien dirigió el estudio.

 

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