

La libertad de prensa en México ha recibido un nuevo golpe con el asesinato del periodista independiente y fotógrafo Salomón Ordóñez Miranda, conocido en la comunidad como “Shalom”. Los hechos ocurrieron la noche del domingo 23 de junio en la localidad de Pahpatapan, perteneciente al municipio de Cuetzalan del Progreso, uno de los denominados “Pueblos Mágicos” de la entidad poblana.
De acuerdo con el reporte de la Comandancia Municipal, una llamada anónima alertó sobre una persona herida por arma de fuego en la privada 15 de Mayo. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal acudieron al lugar junto con paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA). A pesar de los esfuerzos por salvarle la vida, el periodista fue declarado sin signos vitales en el sitio.
Las primeras versiones indican que Salomón Ordóñez habría recibido al menos dos impactos de bala. Personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla realizó las diligencias correspondientes, recolectando indicios balísticos y efectuando el levantamiento del cuerpo.
El Ayuntamiento de Cuetzalan lamentó públicamente el homicidio y expresó su solidaridad con los familiares de la víctima. A través de un comunicado, informaron que ya han establecido contacto con el padre del periodista para brindarle apoyo, al tiempo que condenaron enérgicamente el acto violento.
Ordóñez Miranda era conocido por su labor de documentación cultural y turística en la región, una actividad que lo mantenía cercano a la vida comunitaria y a diversos eventos públicos. Tras el trágico suceso, organizaciones de periodistas y defensores de derechos humanos han exigido a las autoridades una investigación pronta, transparente y efectiva que conduzca a la identificación y castigo de los responsables.
La Fiscalía General del Estado será la encargada de realizar las investigaciones correspondientes. Por su parte, el Ayuntamiento de Cuetzalan ha reiterado su disposición a colaborar en todo momento para que el crimen no quede impune.
Este lamentable hecho vuelve a encender las alertas sobre la seguridad de los comunicadores en el país, en un contexto en el que ejercer el periodismo sigue representando un alto riesgo. La exigencia es clara: justicia para Salomón Ordóñez Miranda y garantías reales para el ejercicio libre de la prensa.
