AGENCIA
Nacional.- Los fumadores en México iniciarán el año 2026 con un impacto directo en su bolsillo, luego de confirmarse un incremento significativo en el precio de los cigarros, derivado de la actualización del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que entrará en vigor a partir del 1 de enero.
De acuerdo con reportes de comerciantes y distribuidores, las tiendas minoristas ya comenzaron a recibir las nuevas listas de precios que regirán el mercado el próximo año. En términos generales, se prevé que las cajetillas registren un aumento de entre 20 y 22 por ciento.
Entre los incrementos más notorios se encuentran las marcas de Phillip Morris. La cajetilla de Marlboro Rojo y Blanco, en su presentación corta, alcanzará un precio estimado de 105 pesos, mientras que las versiones largas se venderán en alrededor de 106 pesos.
Otras marcas premium también reflejarán ajustes importantes. Benson mentolado y Kretek Clavo se comercializarán hasta en 108 pesos por cajetilla. La marca Ruby tendrá un costo aproximado de 106 pesos y los cigarrillos Violeta se ubicarán en 100 pesos.
Las opciones consideradas de menor precio tampoco quedarán exentas del aumento. Garden, Summer, Blosson e Ice se venderán en 99 pesos, mientras que L&M alcanzará los 77 pesos y Faros 25s se colocará en 82 pesos por cajetilla.
Este incremento forma parte de una estrategia fiscal de largo plazo impulsada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que contempla una actualización gradual del IEPS al tabaco hasta el año 2030. Para 2026, la cuota específica por cada cigarro se fijó en 0.8516 pesos, con aumentos progresivos que llevarán la tarifa a 1.1584 pesos por unidad en 2030.
El impacto para los consumidores ya es perceptible. Comerciantes señalan que algunas cajetillas que actualmente se venden en 87 pesos subirán hasta 106 pesos a partir del 5 de enero de 2026. Incluso, en algunos establecimientos del país, los nuevos precios ya comenzaron a aplicarse antes de que finalice el año, lo que ha generado sorpresa entre los compradores habituales.
Ante este panorama, el incremento en el costo del tabaco se perfila no solo como un ajuste fiscal, sino también como un factor que podría influir en la reducción del consumo entre los fumadores.
