Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- El incremento del 13 por ciento al salario mínimo, más que un alivio real, está provocando un grave desajuste en los tabuladores salariales de las industrias de la región. Puestos especializados y de mayor responsabilidad comienzan a ser alcanzados o incluso superados por el salario mínimo general, una distorsión que amenaza con desmotivar y devaluar la mano de obra calificada. Esta situación frena además nuevas contrataciones, ya que elevar los tabuladores para restaurar la diferencia salarial implica incrementar costos laborales en todos los niveles.
El impacto se extiende desde las pequeñas y medianas empresas hasta los grandes empleadores, quienes ven reducida su capacidad para invertir, crecer y generar empleo. De seguir aumentando el salario mínimo sin una actualización integral de los tabuladores profesionales, se rebasará por completo a la mano de obra especializada, generando una parálisis en el mercado laboral y una erosión directa del poder adquisitivo de la clase media profesional.
El empresario orizabeño Hugo Chahín Maluly advirtió que, sumado a este desfase estructural, el verdadero problema de fondo es la incapacidad gubernamental para contener una inflación generada por las propias políticas públicas.
Subrayó que sin este entorno inflacionario no serían necesarios ajustes salariales tan frecuentes y disruptivos, y que el poder de compra se conservaría de manera más estable y equilibrada.
La combinación de salarios mínimos desalineados, inflación persistente y un crecimiento económico marginal del 0.3% configura un escenario que, lejos de fortalecer la economía, debilita tanto la subsistencia de las familias como la viabilidad de las empresas, sin perspectivas de mejora a corto plazo.
