

Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- La problemática de las atarjeas pluviales colapsadas continúa generando estragos en distintas zonas de la ciudad, con viviendas afectadas por las inundaciones, como ocurrió el pasado 3 de mayo. A pesar de las advertencias y la experiencia de años anteriores, ni la ciudadanía ni las autoridades han hecho lo necesario para prevenir estos desastres.
Por un lado, vecinos tiran basura en la vía pública, lo que provoca taponamientos que impiden el desagüe adecuado. La falta de conciencia y responsabilidad social se refleja en las calles, donde los residuos acumulados terminan por bloquear los conductos de agua pluvial.
Mientras tanto, la Dirección de Limpia Pública e Hidrosistema brillan por su ausencia.
No hay limpieza constante ni acciones preventivas, y su pasividad permite que los drenajes permanezcan obstruidos, agravando el problema con cada lluvia.
La desidia de estas áreas municipales deja claro que la prevención no es parte de su agenda.
A esto se suma la omisión del ayuntamiento que encabeza el presidente municipal Juan Martínez Flores, que sigue sin atender de fondo la problemática. No hay inversión en infraestructura hidráulica ni mantenimiento adecuado de las atarjeas, y mucho menos estrategias para frenar esta situación que se repite cada año. La administración municipal, marcada por la corrupción y la ineficiencia, parece más interesada en simular que en solucionar.
