
Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- Una vez más, el ayuntamiento de Orizaba decidió el cambio de sentido de una calle en pleno centro de la ciudad, anuncio que generó molestia en los orizabeños quienes reclamaron que ese tipo de acciones sin tomar en cuenta a los ciudadanos, provoca únicamente caos.
El cambio de sentido anunciado corresponde a la calle Sur 10, que ahora será de Norte a Sur en el tramo que comprende entre poniente 5 y 7, además de que se eliminan cajones de estacionamiento en esa zona, medida que los ciudadanos reclamaron como innecesario, y obedece solo para el capricho municipal por la construcción de la nueva glorieta, pero que solo van a complicar la movilidad.
La medida, anunciada sin previo diálogo con la ciudadanía, fue calificada como “un capricho” que complicará la movilidad y afectará la dinámica urbana, en especial por la eliminación de cajones de estacionamiento en la zona, sin embargo, los orizabeños señalaron que la decisión responde únicamente a los trabajos de la nueva glorieta en la intersección cercana, una obra pública que consideran innecesaria y mal planificada.
“¿Por qué hacen glorietas que no hacen falta y quitan lugares para estacionar? Mejor que quiten los parquímetros los fines de semana como antes”, exigió un residente.
El descontento se agravó por el impacto que ya había causado el cambio de sentido que también se hizo hace unas semanas sobre la Oriente 5, pues en esa zona convergen tres instituciones educativas, y el cambio de sentido ha generado embotellamientos diarios. “Esa modificación fue un error. Ahora es un infierno para padres y alumnos”, comentó un ciudadano.
Los orizabeños coinciden en que el Centro Histórico se ha convertido en un laberinto de tráfico. “Desde que alteraron el sentido de las calles, circular aquí es una pesadilla. Ya era difícil estacionarse, ahora es imposible”, afirmó un conductor.
Además del caos vial, los habitantes reprocharon al Alcalde ignorar problemas urgentes. “En vez de gastar en obras inútiles, ¿por qué no resuelve la escasez de agua? Pagamos impuestos para esto”, dijo un ciudadano.
Aunque el gobierno local justifica las obras como “funcionales”, los orizabeños las ven como caprichos. “Solo quien diseña estos cambios los ve positivos. Para el resto, es peor el remedio que la enfermedad”, destacó un habitante.
