

De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Mientras se conmemora este 4 de junio el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, en Córdoba las infancias claman justicia entre protocolos fallidos, omisiones institucionales y un sistema que prioriza el papeleo sobre la protección real, mientras la ciudad mantiene los primeros lugares en el estado de violencia infantil.
Los casos de Alondra (7 años), golpeada hasta la muerte por su padrastro, y Natalia (4 años), asesinada meses antes, no son excepciones: son el síntoma de instituciones que reaccionan tarde.
El DIF municipal, encargado de salvaguardar a la niñez, opera con manuales engorrosos y recursos limitados. María Yunes Choperena, su directora, enumera protocolos: “Denuncias al 911, visitas de trabajadoras sociales y evaluaciones médicas”. Pero los números muestran sólo 4 intervenciones por violencia familiar en 2024 y 28 casos de trabajo infantil registrados, aunque decenas de menores siguen vendiendo de noche en el centro, expuestos a abusos.
El DIF insiste en que “no hay niños en calle”, pero “recomienda” a padres evitar el trabajo infantil, sin acciones coercitivas. Lucía Serrano Piña, procuradora de Protección Infantil, reconoce que su intervención depende de reportes ciudadanos, pero el 089 recibe menos de cinco denuncias al mes.
Un oficio del DIF del 5 de agosto de 2023 admite 394 casos de trabajo infantil desde 2022, pero la acción se reduce a recomendaciones. Mientras menores acompañan a padres en mendicidad o venden en bares nocturnos, vecinos cuestionan la ausencia del DIF durante la madrugada.
El DIF canaliza casos a juzgados, reparte monederos electrónicos y ofrece apoyos funerarios, pero no hay refugios suficientes, programas de empleo para padres o campañas masivas para romper ciclos de violencia.
