

Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- Ni con acarreados, compra de votos, e infiltrando informantes en otros partidos políticos, el grupo que encabeza Gerardo Rosales Victoria logró mantenerse en el poder.
La derrota de Eduardo Alonso García Viveros en las urnas marcó el principio del fin para una administración señalada por los ciudadanos de excesos, abusos y corrupción.
De acuerdo con trabajadores del ayuntamiento, quienes pidieron el anonimato por temor a represalias, desde el miércoles previo a la jornada electoral, al menos 20 empleados municipales de distintas áreas fueron despedidos por negarse a alinearse con García Viveros, el candidato impulsado por Rosales Victoria para perpetuar el régimen que ha sumido a Fortín en el atraso.
A pesar de las maniobras desesperadas del círculo cercano al actual alcalde, incluido el uso de recursos públicos y estructuras municipales para operar políticamente, la voluntad popular se impuso.
Desde Comunicación Social se difundieron panfletos con información falsa la mañana del domingo en un intento por desprestigiar al hoy virtual alcalde electo, Alfonso “Piccolo” Marín Delfín.
