De la redacción
El Buen Tono
El organismo nuclear de la ONU confirmó que el sarcófago que protege el reactor número cuatro de la central de Chernóbil ya no puede cumplir plenamente su función de seguridad, luego de sufrir daños por el impacto de un dron en febrero, en plena guerra entre Ucrania y Rusia.
De acuerdo con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la inspección realizada a la estructura conocida como “Nuevo Confinamiento Seguro” (NSC), terminada en 2019, reveló que el golpe deterioró su capacidad de confinamiento, aunque no provocó daños permanentes en sus soportes ni en los sistemas de monitoreo.
Rafael Grossi, director general del OIEA, señaló que ya se hicieron reparaciones iniciales, pero advirtió que es necesaria una restauración completa para evitar mayor deterioro y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo.
Ucrania aseguró que el ataque fue perpetrado con un dron de fabricación rusa, mientras Moscú negó cualquier responsabilidad. A pesar del incidente, los niveles de radiación permanecieron estables y no hubo fugas.
El OIEA recomendó reforzar de inmediato las medidas de protección del NSC, mejorar el control de humedad, actualizar el monitoreo de corrosión y modernizar el sistema automático que vigila el refugio original construido tras el accidente de 1986.
Se prevén reparaciones temporales para 2026, con apoyo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, a fin de restablecer la función de confinamiento mientras continúa la guerra.
La zona de Chernóbil fue ocupada brevemente por fuerzas rusas al inicio del conflicto, pero permanece bajo control ucraniano. El OIEA mantiene personal de manera permanente en el sitio para supervisar las labores de seguridad.
El accidente de 1986 dispersó radiación por gran parte de Europa y marcó el inicio de décadas de trabajos para contener sus efectos. El último reactor operativo de la central se cerró en el año 2000.
