Agencias
Washington, EU.– El reciente cierre del gobierno federal de Estados Unidos, que se prolongó por 43 días y se convirtió en el más largo de la historia, dejó un saldo económico de 90 mil millones de dólares en pérdidas, según Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional. La paralización provocó además la pérdida de aproximadamente 60 mil empleos, no solo de trabajadores públicos, sino también de sectores afectados por la caída en la producción económica.
Durante el cierre, más de 750 mil empleados federales no percibieron su salario, aunque la Casa Blanca anunció que recibirán los pagos atrasados de manera retroactiva. Adicionalmente, algunas agencias despidieron temporalmente a empleados, quienes deberán ser reincorporados en un plazo de cinco días. El cierre también generó retrasos en más de 3 mil vuelos y afectó parcialmente el transporte aéreo, aunque los procesos fronterizos y audiencias migratorias no se vieron comprometidos.
A pesar de la reapertura, las divisiones políticas persisten. El acuerdo aprobado por la Cámara de Representantes garantiza financiamiento únicamente hasta el 30 de enero de 2026, sin resolver disputas sobre subsidios de salud que motivaron el cierre ni la posibilidad de que el presidente Donald Trump retenga el gasto, en un contexto en el que ha desafiado regularmente la autoridad constitucional del Congreso.
Las tensiones internas también se reflejan en el Partido Demócrata, donde la base liberal exige acciones más firmes contra Trump, mientras la facción moderada busca limitar daños ante la mayoría republicana en ambas cámaras. El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, enfrenta críticas por su postura en el acuerdo, incluso con llamados a renunciar.
Analistas advierten que, aunque se haya puesto fin temporalmente al cierre, el impacto económico y las fracturas políticas podrían prolongarse, dejando al país en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad financiera que afectará tanto a empleados federales como al sector productivo en general.
