Agencias
Tras años cerrada por motivos de seguridad, la imponente pirámide de Nohoch Mul, la estructura más alta de la Península de Yucatán, en Cobá, Quintana Roo, vuelve a recibir visitantes. Ascender sus 114 escalones permite admirar la selva que rodea la antigua metrópoli maya, que rivalizaba con Chichén Itzá, y descubrir un legado histórico único: Cobá fue gobernada por cuatro mujeres, cuyos nombres y hazañas se conservan en las estelas 26 y 35. Según el etnólogo y director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, estas estelas revelan alianzas políticas, fechas de fundación y la influencia que la ciudad ejercía sobre el Petén guatemalteco.
La reapertura de la pirámide, cerrada desde la pandemia y tras varios accidentes, fue posible gracias a la instalación de una nueva escalera de madera diseñada por la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos y construida por carpinteros locales de Noh Bec, quienes cuentan con décadas de experiencia en maderas duras de la región. Esta intervención combina seguridad turística con conservación arqueológica, al tiempo que fortalece la colaboración con la comunidad ejidal, responsable de servicios como bicicletas y triciclos para los visitantes. Cobá, fundada alrededor del 200 a.C. y en su apogeo entre los años 500 y 1000 d.C., se extiende sobre 70 km² y refleja la grandeza de la civilización maya, sus redes comerciales, alianzas políticas y avances arquitectónicos. La reapertura promete no solo vistas épicas desde la cúspide, sino también la oportunidad de redescubrir una historia de poder, cultura y liderazgo femenino en el corazón del norte de Yucatán.


