Por Por Andrés Timoteo / columnista
Por los frutos se juzga el árbol: en la primera sesión de la ginista Comisión de Periodistas, sus nuevos burócratas no trataron, ni por equivocación, uno solo de los 19 asesinatos de comunicadores ni la desa-parición forzada de otros cinco colegas. Para ellos no fue importante abrir su sesión preguntándose por Regina Martínez, Yolanda Ordaz, Anabel Flores, Miguel Ángel López Velasco o Misael López Solana.
Tampoco consideraron prioritario saber sobre las investigaciones de los crímenes de Rubén Espinosa, Noel López Olguín, Juan Mendoza, Pedro Tamayo, Manuel Torres, Armando Saldaña, Moisés Sánchez Cerezo, Octavio Rojas. Gregorio Jiménez, Víctor Báez, Juan Santos, Guillermo Luna, Gabriel Huge, Esteban Rodríguez. No se dignaron siquiera a dedicarles un minuto de silencio. Mucho menos pusieron en la mesa de discusión la ausencia de Gabriel Fonseca, Sergio Landa, Miguel Morales, David Matus y Evaristo Ortega.
¿Acaso no se merecen estar en la memoria de una comisión que se integró por ellos?, ¿por qué ignorarlos?, ¿por qué esconder sus nombres en carpetas archivadas? Es evidente que ninguno de los compañeros victimados está en la agenda de la elefantina comisión. Esto a pesar de que los colegas martirizados siguen siendo tan generosos que su muerte o ausencia continúa beneficiando a esos vivillos que a su nombre ahora son comisionados para “cuidar” al gremio y cobrar sueldos de lujo.
No, la primera sesión de esa paquiderma comisión fue ocupada para discutir de dinero: sueldos, despidos, reacomodos, atribuciones y toda una enramada de cuestiones burocráticas. Vaya, hasta se tomaron el tiempo de abordar tonterías como el blindaje de los cristales del automóvil de un periodista amenazado -¿y cuándo se baje del coche?-, la compra de 30 videocámaras o la impartición de cursos de profesionalización para funcionarios.
El colmo fue que debatieron sobre la necesidad de convocar a una sesión plenaria cuando se tenga que comprar un bien material –dijeron como ejemplo un vehículo-, pero nunca consideraron prioritario llamar a sesión cuando un compañero sea asesinado o desaparecido. Eso sí, defendieron hasta con los dientes los sueldos que recibirán aunque se enredaron en justificarlos éticamente cuando uno de los periodistas pidió que los cargos de comisionado fueran honorarios –sin cobrar salario- .
Como no le hicieron caso en su propuesta inicial de eliminar sueldo para todos, entonces el periodista planteó que él rechazaría la remuneración financiera. Y fue como si les hubiera lanzado una chinampina encendida porque, visiblemente incómodos ante el riesgo de que se les escapara el apetitoso sueldo, atosigaron al periodista con recovecos legaloides y hasta se atrevieron a exhortarlo para que se apegara a la Ley para no ser sancionado por rechazar el sueldo. La perla fue: “constitucionalmente son prerrogativas irrenunciables (sic)”. Poco les faltó con amagarlo con la cárcel. Vaya con esa preciosidad de criaturas.
Basta revisar el video de la sesión para corroborar lo obvio y caricaturesco de esa encerrona –el fotorreportero Miguel Ángel López Solana, exiliado en Estados Unidos, envió, indignado, la videograbación a este espacio-. En resumen, es una comisión que desde hace casi un mes está envuelta en chismes domésticos y pleitos de lavadero con diputados locales, y lo que menos hace es atender al gremio lastimado.
Por si fuera poco, aunque ya se les paga una dieta, algunos de estos señores no se preocupan por asistir ni a las juntas – a desquitar con “horas-nalga” el sueldo, dirían en la colonia- pues a la primera sesión no se presentó el periodiquero, quien se rehusó a viajar desde Cancún, Quintana Roo, donde radica desde hace un año, para una reunión de escasas dos horas.
Y para completar el sainete, ayer en las redes sociales se difundió la denuncia de reporteros de la zona Norte de la entidad contra el comisionado Pedro Alberto Díaz Cruz, al que acusan de “estafador y extorsionador”. Los colegas ofrecen pruebas de imagen y audio sobre sus señalamientos y aseguran que Díaz Cruz fue apadrinado por el exalcalde de Tantoyuca y actual secretario de Desarrollo y Agricultura, Joaquín Guzmán, para ser integrado a la desacreditada comisión.
En fin, el entuerto no se endereza ni lo hará nunca. Nació chueca y así sigue, hay nuevas caras pero prácticas iguales. Esa comisión es todo menos de defensa ni mucho menos de representación de los periodistas. Lastimoso es el talante que ya demostraron sus integrantes, con la obligada excepción de uno o tal vez dos de los convocados, los cuales sin duda y si mantienen la coherencia, terminarán por abandonarla.
CHARLIE HEBDO
Hablando del tema periodístico, el sábado pasado, 7 de enero, se cumplieron dos años del atentado terrorista en el semanario satírico Charlie Hebdo donde murieron once caricaturistas bajo las balas de yihadistas del Estado Islámico. El ataque del 2015 contra la publicación parisina fue el primero de la serie de atentados mortales en Francia pero que se extendieron a Bélgica, Dinamarca y Alemania, cobrando –hasta el momento- la vida de casi 300 personas.
Pero Charlie Hebdo es una muestra de la solidaridad colectiva para con la prensa agredida. El atentado no solo generó una “ola” Mundial de apoyo moral con la frase “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie) sino que se disparó el sustento económico a través de suscripciones y a compra directa de la revista en los kioscos. Con ello, durante el 2015 se vendieron 7 millones de ejemplares y actualmente, cada semana se imprimen 100 mil ejemplares –la mitad se otorga a suscriptores y el resto se vende en los estanquillos-.
Y Charlie Hebdo sigue igual de ácido e irreverente que antes del atentado. Permanece y en buena salud financiera por los lectores quienes además de solidarios prefieren la prensa caustica a la domesticada.
EL PEJE IMPARABLE
En temas políticos, la semana cierra con una gira por el Norte de Veracruz del líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, quien hasta el 15 de enero recorrerá los municipios totonacas y huastecos de Filomeno Mata, Mecatlán, Coahuitlán, Zozocolco de Hidalgo, Coxquihyi, Chumatlán, Coyutla, Espinal, Tecolutla, Vega de Alatorre y Úrsulo Galván.
La presencia del tabasqueño en territorio estatal resalta por el contexto político. En primer lugar, llega a Veracruz donde se abrió una etapa de enfrentamiento entre Morena y el Gobernador panista, quien acusa a ese partido de incitar a pobladores de Tatahuicapan para haber cerrado las válvulas de la presa Yuribia que abastece de agua a municipios petroleros como Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.
Tal embestida no es fortuita sino que se da en el marco de la disputa de las alcaldías que se renovarán este año y la lectura es que desde el Gobierno Estatal se busca atacar a Morena para hacerlo perder presencia. Hoy por hoy, Morena –y no el PRI- es la oposición en la entidad y será la fuerza que disputará palmo a palmo el voto de los veracruzanos en la renovación de los 212 ayuntamientos.
El otro punto de importancia es que López Obrador ya superó por casi el doble de puntaje en la intención de voto a la panista Margarita Zavala, “La Calderona”, en la carrera por la Presidencia de la República. Al PRI y a cualquiera de sus aspirantes los deja muy atrás y aún más, el tricolor se desploma al cuarto lugar en los pronósticos, incluso debajo de cualquiera que se postule como candidato independiente.
El Peje va imparable rumbo al 2018 y la mafia del poder está apanicada. Ahora usa a la Comisión Nacional de Seguridad, se convierte en policía política y pretende endilgarle al líder de Morena la responsabilidad de los disturbios por el “mega-gasolinazo”. La desesperación los atosiga y los hace caer en lo que sucedió en el 2005 cuando lo intentaron frenar con un desafuero y amago de cárcel. No podrán. Y la culpa del caos por los saqueos de negocios y de la ira popular es del PRIAN y sus achichincles, que nadie los engañe.
